OBTURACIONES DENTALES

Los empastes u obturaciones dentales (término utilizado en Odontología), sirven entre otras cosas, para corregir y reparar una de las patologías más habituales: la caries.

Es el tratamiento más utilizado para tratar la caries en su fase inicial, de esta manera impedimos que la enfermedad avance y afecte al nervio del diente, evitando así realizar una endodoncia o tratamiento de conductos.

Consiste en la eliminación del tejido afectado, limpiando la cavidad resultante de la caries para luego rellenarla con un material biocompatible. Existen en el mercado diferentes materiales de relleno (oro, porcelana, amalgama de plata, etc.), pero el más conocido es la resina compuesta, cuya principal ventaja es la estética, siendo del mismo color del diente. De esta forma, rehabilitamos la pieza dental dañada.

Este proceso rehabilita así la anatomía dental para una apropiada estética, función, masticación y oclusión de los dientes con sus antagonistas y consigue un buen sellado que impide que vuelva a producirse la lesión cariosa. Cuando se realizan obturaciones complejas, el proceso se llama reconstrucción dental.

LO BUENO SI ES BREVE…

La obturación dental es un tratamiento rápido y sencillo que consta de los siguientes pasos:

1. Anestesia: Se aplicará en los casos que así lo requieran, por ejemplo, cuando la caries está muy avanzada y afecta a la dentina, parte más profunda de nuestros dientes y donde se encuentran las terminaciones nerviosas.
2. Limpieza: Retiramos el tejido cariado del diente, éste dejará una cavidad que rellenaremos posteriormente.
3. Sellado: Se rellena el hueco dejado tras la limpieza con un material biocompatible al que se le da forma, restaurando así la anatomía de la pieza cariada. Una vez hecho esto, se aplica luz para que dicho material se endurezca.
4. Pulido: Finalmente pulimos el empaste y se realiza una prueba de mordida, ajustándolo para que encaje perfectamente contra la pieza que tiene que morder.

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